Los Juegos de Sophia ofrecen eventos inmersivos para "concienciar a la población trabajadora" sobre la discapacidad (y es una novedad)

Este año fue una primicia. Los Juegos Sophia, un evento deportivo imprescindible en el parque tecnológico Sophia Antipolis, acogen cada año durante más de un mes a empleados y estudiantes de la empresa. Para su 31.ª edición, del 13 de mayo al 26 de junio (este jueves), abrieron sus puertas a dos asociaciones: AFM Téléthon y HandiNovia. En colaboración con la Jeune Chambre Économique (JCE) de Antibes Sophia-Antipolis (una asociación de jóvenes de entre 18 y 40 años que lidera proyectos cívicos locales, forma a sus miembros en gestión de proyectos y actúa sobre problemas concretos), la asociación HandiNovia ofreció a los participantes experiencias inmersivas en torno a las discapacidades invisibles y cognitivas. «La idea era concienciar a los empleados de Sophia sobre las dificultades que enfrentan las personas con discapacidades que no siempre sospechamos, como los trastornos cognitivos o el autismo », explica Catherine Marchand, copresidenta de la asociación.
Junto con Laurence Lévi, ambas impulsan un proyecto único en Francia: crear un espacio vital en Valbonne que combine vivienda inclusiva, un centro de actividades adaptadas y oportunidades laborales. Será un espacio donde los jóvenes con discapacidad puedan prosperar, formarse y trabajar, especialmente en un pequeño restaurante abierto al público. Queremos reunir en un solo lugar todo lo que actualmente está disperso, explican. Como madres de niños con discapacidad, la idea les surgió de forma natural. «La colaboración con HandiNovia nació de una verdadera comprensión humana », subraya Ben Ndui, director de la comisión de la JCE. «Yo misma no apreciaba la realidad de lo que era la discapacidad invisible antes de involucrarme en este proyecto».
Dos actividades inmersivasEl 19 de junio, durante la ronda final de los Juegos Sophia'dventure, HandiNovia ofreció dos actividades a los distintos equipos. La primera: un tándem adaptado que permitió a los participantes ponerse en la piel de personas con dificultades de movilidad o equilibrio. Cedido para la ocasión por la asociación TourneSolaire, es pilotado en la parte trasera por una persona sin discapacidad, mientras que la persona con discapacidad, sentada delante, puede pedalear sin tener que manejar la dirección ni los frenos. Joséphine Chateli, de 26 años, lo probó en el asiento delantero.
"Estando delante, sentí de verdad la bici: la velocidad, las curvas... Es una gran solución para quienes no pueden pedalear solos, porque te permite seguir sintiendo todas las sensaciones de una bici clásica mientras compartes la experiencia con alguien de confianza", afirma.
Se ofreció otro taller: un juego de pases con gafas que simulaba diversos trastornos visuales (visión borrosa, campo visual reducido o pérdida parcial de la visión). Una actividad divertida y a la vez reveladora. "Pensábamos que sería sencillo, pero resultó extremadamente restrictivo", comenta Ahmed Rabat, de 39 años, tras probar la experiencia. "Es increíble lo mucho que una tarea rutinaria puede ser un obstáculo". Para Émilie Bazire, miembro de la JCE, el mensaje de esta actividad es claro: "El objetivo es que la gente comprenda que lo que hacemos de forma natural se vuelve inmediatamente más complejo con una discapacidad, especialmente cuando otros no pueden verlo".
Un enfoque que cuenta con el pleno apoyo de Sophia Club Entreprises, organizador de los Juegos Sophia. «Este año fue la primera vez que integramos tanto la discapacidad», explica Quentin Vitry, director del evento. «Queremos que los participantes vengan a divertirse, pero también a encontrar una dimensión práctica que puedan utilizar en las empresas». Y la acogida es positiva: «Es realmente interesante tener este tipo de stand en los Juegos», afirma Pauline Anne, espectadora de las actividades. «Complementa los demás stands, que tratan otros temas».
Con más de 5.000 participantes desde el 13 de mayo y unas cincuenta actividades en oferta, el evento confirma su carácter unificador. Además, la presencia de asociaciones en esta edición marca un punto de inflexión: una mayor apertura a la inclusión.
Nice Matin